A lo largo de dos mil años de Cristianismo, la figura de la Santísima Virgen ha sido retratada por pinceles de los más eminentes pintores del mundo, cinceles de los más finos escultores, y ha servido de modelo para los mayores artistas de la historia. Se la puede encontrar con incontables expresiones; algunos la representan sonriendo afablemente mientras otros expresan un tono de sufrimiento. Ella es también representada llevando los atuendos y características de las culturas locales. La patrona de Sucumbíos, por ejemplo, Nuestra Señora del Cisne, es representada con cabello negro ondulado y adornada con un bello vestido bordado en un estilo ecuatoriano muy típico. La devoción a esta imagen se originó en Loja, una provincia al sur del Ecuador, y llegó a Sucumbíos luego de que numerosos lojanos se establecieron en esta provincia amazónica. Poco tiempo después Nuestra Señora del Cisne fue reconocida con el título de patrona de Sucumbíos.
La devoción a la Santísima Virgen ha florecido también recientemente bajo los nombres de los lugares donde Ella se ha aparecido – la Virgen de Lourdes o Nuestra Señora de Fátima, para mencionar algunas. La devoción a esta última ha sido ampliamente difundida debido a los poderosos mensajes de advertencia y esperanza que Ella reveló a los tres pastorcitos en Portugal en 1917. En estas ocasiones, ella también insistió en el rezo del rosario. Durante su primera aparición, el día 13 de Mayo, Ella habló diciendo: “Recen el Rosario todos los días para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra” (1ra Guerra Mundial). En otra aparición, Ella dijo que la solución para salvar el alma de los pobres pecadores era establecer en el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María. Su mensaje más importante, no obstante, fue uno de júbilo y esperanza, “Por fin, mi Inmaculado Corazón Triunfará”. Los Papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI han honrado el santuario de Fátima con su presencia.
Inspirado por esta promesa, el Beato Juan Pablo II, durante la audiencia general del 28 de febrero de 2001, dirigió estas palabras a la recientemente aprobada Asociación de Fieles de Derecho Pontificio, Heraldos del Evangelio, diciendo: “Sed mensajeros del Evangelio, por intercesión del Inmaculado Corazón de María”.
Atendiendo este mandato, los miembros de esa congregación, desde ese día, han visitado con la imagen del Inmaculado Corazón de María de Fátima a miles de familias e instituciones religiosas, educativas y sociales por los cinco continentes. La presencia de su imagen ha convertido a los de corazón endurecido, consolado a los enfermos y encarcelados, unido y reunido las familias, y fortalecido en la fe y en el compromiso religioso a incontables almas por todos los lugares. Aquí en la Amazonía Ecuatoriana, Sucumbíos no ha sido excepción a estos grandes beneficios. Desde la llegada de los Heraldos en noviembre, decenas de hogares han abierto sus puertas a Ella, así como también locales comerciales, comunidades y parroquias. En este 13 de mayo, su imagen peregrina se encuentra en la modesta comunidad Nuestra Señora de Fátima, en el sector sur de Nueva Loja. Ella ha acompañado este grupo de devotos durante los últimos nueve días como parte de la novena que han preparado para la fiesta.
Considerando el crecimiento de esta devoción en estos lugares, uno podría inclinarse a pensar en el efecto que esto tendrá en la devoción a la patrona de Sucumbíos, Nuestra Señora del Cisne. La respuesta dada por los niños de la comunidad Nuestra Señora de Fátima es simple y al mismo tiempo llena de significado: “Ella es una sola Virgen con muchos vestiditos”. Además, en todas sus advocaciones, la Virgen Maria nos invita a una sola cosa, a aproximarnos a su Divino Hijo a través de sus manos diciendo para nosotros el mismo mensaje que les dijo a los servidores en las bodas de Caná: “Hagan lo que Él les diga”.
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Lindo texto acerca de Nuestra Señora como UNICA Reina y Señora de todo lo creado. Sigan adelande por Dios y por María!